Son múltiples los especialistas que advierten lo importante que es cuidar la salud auditiva en nuestro día a día, siendo conscientes de los efectos perjudiciales del mismo. El ruido afecta gravemente a nuestra salud, pero la mayor parte del tiempo no somos conscientes del alcance del mismo, puesto que está presente a nuestro alrededor de forma casi constante.
En España, casi 9 millones de personas soportan ruidos por encima de los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), establecido en 80 decibelios, repercutiendo de forma directa en nuestra salud auditiva y en nuestra salud en general. La contaminación acústica ambiental hace que estemos expuestos a sonidos mayores de los recomendados.
Alguna de las consecuencias de estar expuestos a altos niveles de ruido puede verse reflejado en el aumento de la sensación de estrés y fatiga, alteraciones en el sueño, dolor de cabeza, aparición de acúfenos, falta de concentración, vértigo o náuseas y hasta diabetes, riesgo de infarto o mortalidad en recién nacidos.
Pese a que en nuestro país el principal causante del ruido, en más de un 80%, es el tráfico, existen labores que requieren utilización de maquinaria donde se pone en grave riesgo la salud de las personas de alrededor, y, sobre todo, de los operarios que manejan el dispositivo por sus altos niveles de ruido.
Las máquinas tradicionales de gasolina sobrepasan los 85 dB, un nivel en el que comienzan a manifestarse los efectos nocivos. Por ejemplo, el motor de un cortacésped de gasolina puede crear niveles de ruido de hasta 90 decibelios. Desbrozadoras o motosierras de cadena de gasolina pueden llegar a 110 decibelios. Esto está muy por encima del nivel recomendado para el uso de protección auditiva y justo por debajo del umbral de dolor físico para el operario. La exposición a ello, en el uso diario de estas máquinas como herramientas de trabajo, puede provocar pérdida auditiva y tinnitus, la sensación de zumbido permanente en los oídos. Asimismo, la vibración de estas soluciones de jardinería puede llegar a producir el síndrome de vibración mano-brazo, también conocido como “vibración del dedo blanco”, el cual causa trastornos dolorosos e incapacitantes de los vasos sanguíneos, los nervios y las articulaciones.
Frente al ruido de la maquinaria a gasolina, decantarse por la maquinaria eléctrica es una decisión que beneficia a la salud medioambiental, la propia y la del bolsillo. La maquinaria Ego ofrece una autonomía de hasta 400 minutos en velocidades bajas y hasta 60 minutos en velocidades altas, el ruido ofrecido durante su uso se establece en los 78 decibelios, lo que supone como mínimo 12 decibelios menos que los dispositivos manejados con combustible.
Las herramientas a batería Ego no solo funcionan al mismo nivel que las de gasolina, reduciendo el ruido, sino que evita el exceso de estrés físico y las tensiones asociadas con herramientas pesadas y vibrantes, gracias a la ligereza de sus materiales y la fuente de energía utilizada.
Estas características de las herramientas a batería Ego permiten trabajar cómodamente durante todo el día sin ningún riesgo para la salud. Una tecnología que, por su facilidad de uso, mejora de la calidad de vida del operario y ahorro de tiempo y dinero, es, sin duda, la mejor inversión.